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Mostrando entradas de 2016

Hago balance...

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Finales de 2016. A lo mejor toca seguir con la costumbre y hacer balance. Este año va a ser un poco distinto. Sabéis que todos los años repaso un poco el post del año anterior y añado los papelitos de buenos momentos que he vivido durante ese año. Pues bien, este año prefiero no mira el post del año pasado. No recuerdo qué había, pero prefiero no mirarlo. Y no voy a poner -de momento- los buenos momentos de este 2016: no por nada, simplemente porque me he dejado mi tarro de buenos momentos en Córdoba. También he de decir que ese bote sería un testigo poco fiel de mis buenos momentos en los últimos cuatro o cinco meses, porque prácticamente no he metido nada dentro: estaba muy ocupada pasándomelo bien como para ir tomando notas.  Pero sí voy a recapitular, así, fiándome de mi memoria, unos cuantos buenos momentos. Porque tengo la convicción de que 2016, a pesar de ser par, ha sido un buen año. No perfecto, sé que eso no existe, pero sí un buen año en el que he aprendido muchísimo s

Reflejos.

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Hace unos meses me regalaron un espejo. Siempre me han puesto nerviosa, por eso en mi casa no había más espejos que el del cuarto de baño. Pero ese espejo era precioso, así que lo agradecí sinceramente y me lo llevé a casa.  Me costó encontrar un sitio en el que ponerlo o, más bien, me costó encontrar el valor necesario para colgarlo. Decidí ponerlo en el pasillo: un punto de paso en el que no solía detenerme y por el que pasaba sin mirar. Lo coloqué intentando evitar reflejarme en él y no volví a dedicarle siquiera un pensamiento hasta unos días más tarde.  Salía con prisa. Unos amigos me habían avisado de que estaban por el barrio y me preguntaron si me apetecía tomar algo con ellos. Cuando ya casi llegaba a la puerta me asaltó un extraño ataque de vanidad, así que decidí volver a comprobar que mi aspecto era aceptable. Y así fue como empezó todo. No quise caminar hasta el cuarto de baño y me miré, por primera vez, en aquel espejo. Me vi maravillosa, casi perfecta: el rizo,

Bailar sin música.

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A querer también se aprende. Os lo digo yo que, aunque siento que el amor me va a hacer estallar porque no puedo contenerlo, me siento tremendamente torpe. Y sí, a querer también se habitúa uno. Poco a poco, sin que nos demos cuenta, vamos aprendiendo a interpretar los gestos de esa persona, sus palabras, sus silencios... Señales imperceptibles para casi cualquiera pero que, para nosotros, están llenas de significado. "Le tiembla el labio, está triste". "Me mira mucho, necesita un abrazo". "Aparta la mirada, algo le preocupa". El siguiente paso es saber qué medicina requiere cada dolencia. Hay gente que, cuando está triste, solo necesita que le hagan compañía. Otras personas, en la misma circunstancia, prefieren que las saquen de casa y que les hagan olvidar. A otras les vale con una caricia o con que les cojas la mano. Sí, querer es todo un arte y requiere maestría. Y eso, claro, lleva tiempo.  Pero ese arte, cuando se ejercita durante mucho tiempo c

Libro: La Carne, de Rosa Montero.

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Lo mío con este libro fue amor a primera vista: en cuanto leí en Instagram un párrafo (culpa de Julia), me enamoré. Por si acaso no había tenido suficiente, Julia me pasó un fragmento más por privado en Twitter y decidí que tenía que comprármelo. Vamos, dicho y hecho: lo encargué la semana pasada, lo recogí el martes de esta semana y anoche lo acabé. Hacía tiempo que no leía con tanta ansia. Vamos a por la reseña. ¿De qué va el libro?  Soledad es una sexagenaria que contrata un gigoló para dar celos a un antiguo amante. La relación que iba a consistir, únicamente, en un intercambio comercial, se complica cuando se ven envueltos en un atraco. Pero bueno, en realidad todo esto no importa demasiado, y a continuación os cuento por qué.  Hablando del libro... A ver, no es que el hilo argumental dé igual, es que a mí me ha dado absolutamente igual. Podría haber sido una historia completamente diferente, me habría dado lo mismo. Se supone que la novela es un thriller, per

I

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Soy fan de eso que siento cuando me abrazas. Sí, del vello que se eriza en mi espalda cuando me aprietas contra tu pecho. Sí, de tu barbilla sobre mi cabeza. Sí, soy fan de eso que siento cuando me quieres de cerca.  Por eso te busco por los rincones: busco tu olor en las sábanas, tus notas en la nevera, el silencio que dejas. Y me sonrío en tu vacío, porque sé que estuviste. Y que volverás.  Me gusta llorar entre tus brazos, así en silencio y sin que te des cuenta 一o mientras haces como que no te das cuenta一, soltando la tristeza poco a poco, descargando los miedos sobre tu hombro. Y lo siento, pero me gusta sentir cómo te preocupas, cómo enredas los dedos en mis rizos y deseas, sin decir nada, saber qué hacer para arrancarme la pena de una vez por todas.  Sí, soy fan de ti, y de todo eso que haces para conseguir que me disuelva en aire, que me deshaga en suspiros. 

Actualización de estado: 3 meses y pico en Córdoba.

Hoy quería actualizar y, al parecer, la gente en Twitter ha votado por un podcast. Ha quedado un churro, pero bueno, ahí estoy yo, lastimosa y dominguera, contándoos cómo me va por estos lares sin demasiado orden ni concierto. En fin, espero que no sufráis demasiado escuchándome :P  ¡Mil besos! 

Retratos a tiza (VI)

Tienen esa edad en la que el amor, todavía es puro e inocente, tierno. Son pequeños, y con pequeños quiero decir bajitos, los más bajitos de su clase.  Él tiene unos ojos enormes y una sonrisa de esas que se contagian (no puede una quedarse triste después de verlo sonreír). Además, es alegre hasta decir basta, como si no tuviese miedo de nada. Ojalá recordase yo lo que es sentirse así...  Ella tiene unos ojos enormes y despiertos. Habla a gritos y tiene bastante mal pronto. Quiere hacerse la dura, la mayor, la experimentada (¡Qué gracia, con 13 años!), pero en el fondo se ve que se derrite por que la traten con dulzura. Supongo que, por eso, se ha fijado en él, que se parece tan poco a ese Hache que a ella tanto le gusta: los "Haches" del instituto no van a tratarla así.  Hace un par de semanas los vi sentados juntos y, para qué mentir, me extrañó, y más me extrañó todavía ver como ella, en un descuido de la profesora (la que escribe, para más señas) le daba un b

Lo espectacular.

–"He renunciado a lo espectacular, ¿sabes? Una vez me prometieron que me bajarían la luna y me rompieron el corazón. Una vez alguien dijo que yo era su prioridad, que estaba delante de todo lo demás. Y bueno, a lo mejor es que yo no sé estar en ese puesto o a saber, pero la cosa no salió bien.  Quizá es porque tengo cierta debilidad por los poetas, pero a lo largo de mi vida me han prometido hacer realidad por mí toda clase de imposibles y nunca llegó a pasar. Nunca acabó bien. Nunca fue verdad. »Bueno, sí, una vez. Pero eso  tampoco fue suficiente. »Así que, ya te digo, he renunciado a lo espectacular: no tienes necesidad de mentirme. No me hables de eternidades, no me digas que no puedes vivir sin mí, no me prometas nada que no puedas cumplir. Ya estoy harta de poetas." –A ver, para ser algo que decir en tu boda, no es muy espectacular, que digamos... Con esto no va a emocionarse nadie... –Ni falta que hace. 

Retratos a tiza (V)

Rosa, te lo dedico. Ya era hora de que empezase a retratar a mis alumnos de este curso. Diversas circunstancias hacen que pase más tiempo trabajando y quejándome de la cantidad de trabajo que tengo que otra cosa. Y también es cierto que este año me está costando más conocer a muchos de mis alumnos, a los que veo de uvas a peras. Pero ya hay varios que destacan y que se merecen un rincón aquí. Él es genial. Peculiar, no diré que no, pero es parte de su encanto. No es normal que un chaval de su edad (17 años) pase tantísimo de lo que puedan pensar sus iguales. Por ejemplo, esta semana ha aparecido por clase con las uñas pintadas de verde y negro. Os diré que me ganó cuando se definió como "feminazi", aunque habían allanado el camino sus camisetas de superhéroes. Tiene un pensamiento rápido y profundo, una labia hechizante y una capacidad crítica enorme pero, por desgracia, su disciplina y capacidad de esfuerzo no están a la misma altura. Si os digo la verda

Acabo de quitarme el reloj.

Acabo de quitarme el reloj.  Por fin. No suelo llevar el reloj puesto si no tengo citas, si no tengo que controlar el tiempo. Lo llevo para trabajar. Lo llevo cuando tengo reuniones por la tarde. Pero en cuanto acaba mi jornada laboral fuera de casa (porque dentro de casa trabajo, y no poco), me lo quito.  Hoy acabo de quitármelo ahora, hace apenas unos minutos. Son las ocho de la noche. Salí de casa a las nueve de la mañana. Bueno, no voy a mentir: a las nueve y poco, mientras unos besos de buenos días se me enfriaban en la boca.  Acabo de quitarme el reloj y siento que se me escapa el tiempo y que no me queda nada para mí.  Acabo de quitarme el reloj y, al oír el "clonc" metálico al dejarlo sobre el mueble me he dicho: "Esta es tu vida ahora". Creo que algo en la parte más profunda de mi cerebro ha preguntado si estaba satisfecha, si era feliz.  Creo, no estoy segura. Prefiero no estarlo. Así no tendré que esforzarme en contestar. Hoy no podrí

Libro: Nadie se muere de esto, de Fátima Casaseca

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¿De qué va el libro? Mientras Elena prepara una fiesta sorpresa para su novio Alberto, descubre que este ha intercambiado unos mensajes bastante comprometedores con otra mujer que dejan poco lugar a a dudas: Alberto, el novio perfecto, le ha sido infiel. Desorientada por el shock, Elena no sabe qué hacer, y entre consejo y consejo va encontrándose a sí misma poco a poco, eso sí, no sin antes dar unos cuantos tumbos.  Hablando del libro...  Sigo sumida en un estado de apatía lectora bastante grande pero, por suerte, este libro ha conseguido atravesar un poco la coraza. Los primeros párrafos del libro me encantaron porque podría haberlos escrito yo. Desde luego, hay que salvar las distancias, son situaciones distintas, pero yo, como Elena, no hace mucho me enfrentaba a una situación límite en la que tuve que tomar una decisión drástica. A eso podemos unirle el hecho de que mi vida ha dado un giro bastante radical en los últimos meses: nueva perspectiva vital, nueva ciud

Y voló. (#NaNoWriMoEsp 2016)

Hoy he conseguido sacar 15 minutos para escribir un relatillo del #NaNoWriMo, aunque ya he renunciado a acabar el reto. Como Alberto me ha pedido en Twitter que os contase el cuento con mi voz, he sacado, además, 5 minutos para grabarlo y subirlo a iVoox.  Ahí va, un cuento de pajaretes. Espero que os guste. Se agradecen comentarios e interpretaciones.  ¡Hasta la próxima! 

Lo que no dicen las estadísticas.

Este relato forma parte de mi antología historias minúsculas , escrita durante el NaNoWriMo 2015. Podéis descargarla gratis aquí .  La vida de mi madre fue una de esas vidas normales y corrientes en las que nadie repara. Mi madre se casó joven, como era costumbre, tuvo tres hijas, que era lo que estaba bien visto en la época (aunque tuvo que aguantar durante muchos años que le preguntasen si no iba a ir a por el niño, como si mis hermanas y yo no fuésemos suficiente), soportó a su marido mientras Dios tuvo a bien mantenerlo en la Tierra (y fue demasiado tiempo), nos dio todo lo que pudo y nos crió tan bien como supo. Vaya, lo que hacen millones de mujeres alrededor del mundo. No sé cuántas exactamente, no hay un recuento de mujeres luchadoras de batallas cotidianas. Hay muchas cosas importantes que no se cuantifican. Mi madre era importante y de no ser por el maldito cáncer no habría aparecido en ningún recuento. De todos modos, habría preferido que así fuese. La enfermedad

¿Cuánto hace que...?

Visto el impacto de la pregunta final del post de ayer, hoy vuelvo a la carga, pero multiplicado. Para que pensemos todos un poco y veamos hacia dónde hay que mover los muebles de nuestra vida. Ea.  ¿Cuánto hace que... no te haces un regalo? no te dedicas tiempo? no ríes hasta que te duela la tripa o los mofletes? no te dicen que te quieren? no te dicen que te quieren y te lo crees? no te dicen que te quieren, te lo crees y eso te hace estremecerte? no duermes desnudo/a? no duermes desnudo y abrazado/a a alguien? no duermes hasta tarde? no te dicen una cursilada? no te dicen una cursilada y sonríes? Vale como cursilada que te digan que prefieren tus besos a las chucherías, por ejemplo. no visitas un sitio en el que nunca antes hayas estado? no te pierdes en una ciudad? no conoces a alguien? no haces algo que te dé miedo? no bailas? no cuentas un chiste? no te emocionas con un poema, una obra de arte, una canción...? no aprendes algo? no hace

Al mal tiempo, besos.

Volvía de llevar a mi madre a casa de mi abuela con el coche. La tarde era gris, fresca, amenazaba lluvia. No había ni un alma por la calle. Bueno, miento, un grupo de niños desafiaba al cielo jugando a la pelota en medio de la calle, pero ya se sabe: de pequeños nos creemos invencibles.  A parte de ellos, nadie más, salvo una pareja, apoyada en un coche aparcado en una esquina. Supongo que también se sentían invencibles. Sí, eran jóvenes, pero también estaban enamorados. Lo sé. No los conozco, no sé cómo se llaman ni cuánto tiempo hace que se conocen o que salen juntos, pero se quieren a rabiar. He podido verlo en cómo se besaban. Ella cogía la cara de él con ambas manos y lo besaba con ansia, como si el tren fuese a marcharse y él tuviese que irse sin demora. Por supuesto, no había ningún tren. Él tenía las manos puesta a los lados de la cintura de ella, y apretaba con los dedos, como si tuviese miedo de que ella fuese a volarse, pero juraría que tampoco hacía viento.  He pa

Mi depresión posparto.

No, no soy madre, pero el otro día exploté en Twitter y conté mis penas y alguien me acabó llevando a este símil. Os pongo al día. Hace algún tiempo que estoy regular. O mal, vaya. Desde luego, no estoy tan bien como esperaba, y eso me hace sentir todavía peor porque, ¡joder!, no tengo motivos para estar mal. Así que hablando de esa sensación y de lo fatal y culpable que me hace sentir, Violeta me dijo que era la depresión post-oposiciones, a lo que Atenea añadió: @BettieJander @violeta_tomg el post-opo es como la depresión post parto:la plaza es tu bebé y te ha costado mucho traerla al mundo.Pasará 😘😘 — Biblioteca de Atenea (@AteneaReader) 20 de octubre de 2016 Violeta estuvo de acuerdo con ella. Parece que después de ganar una plaza todo tiene que ser alegría, que se te resuelve la vida y todo es maravilloso. Todos los opositores hemos hecho listas con las cosas que íbamos a hacer cuando sacásemos la plaza. Yo, sin ir más lejos, iba a leer un montón en todo el ti

Retratos a tiza (IV)

Me dejé muchos retratos a tiza sin hacer de mis alumnos del curso pasado. No descarto hacerlos, porque los recuerdo como si no me hubiese ido, pero hoy toca hacerle un retrato breve a un alumno nuevo, de los de aquí. Quiero atesorar los buenos momentos, las partes bonitas, que este año están escaseando más.  Tengo un alumno que es lo más bonito del mundo. Es pequeñín, no solo porque está en 1º de ESO, que también, sino porque es bajito. Además, cuando le miro a la cara veo todavía la inocencia de un niño de colegio.  Tiene la piel morena y los ojos oscuros, vivos y brillantes. El cabello, también oscuro, siempre va peinado hacia un lado, pero sin gomina ni nada por el estilo, con unas ondas naturales preciosas. Y cuando mi niño sonríe, se ilumina el mundo. Es de lo más bonito que pulula por este instituto, os lo prometo. ¿Por qué es él el primer alumno al que le hago un retrato este curso? Porque me ve. Parece una tontería, pero a veces me siento una autómata en la clase p

Otro #NaNoWriMo que no, pero sí.

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Sí, ya sé. Que estoy loca. Que lo digo todos los años. Si es que no estoy bien de lo mío, es verdad. Pero mirad, aquí estoy, dispuesta a volver a intentarlo (no sé si a conseguirlo, pero eso es lo de menos, supongo). El otro día, en mitad de una conversación, me vino el pronto:  -Podría escribir de historias de desamor. Sí. Desamor. O no... Algo más general, para no limitarme tanto. Historias sobre despedidas. Sí. Eso. Historias sobre despedidas.  -Ea, pues ya está -me contestaron con cara de: "Bueno, esta tía está como una cabra".  Y lo estoy, porque hace mil años que no me paso a comentar blogs, prácticamente no actualizo este, no tengo tiempo para casi nada, y cuando tengo un momento libre el cuerpo me pide salir y pasear por Córdoba (que para eso es tan bonita) o relacionarme con gente de carne y hueso, que es algo que no he hecho demasiado en los últimos años. Pero quiero intentarlo. Quiero ver hasta dónde llego. Sé que alcanzar las 50000 palabras este a

Lecciones para sordos.

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No quería a nadie. Nunca llegué a dilucidar si porque no podía o porque no sabía.  Se enamoraba mucho, eso sí. Cada una de sus amantes era la mujer de su vida durante unos días, unas semanas o, en el mejor de los casos, unos meses. Durante ese tiempo eran perfectas, ángeles sin alas, la virtud hecha carne, pero poco a poco aparecían los fallos, las imperfecciones: una no tenía inquietudes (al menos no las que él creía que tenía que tener), otra era demasiado superficial (aunque semanas antes esa preocupación por su aspecto le había parecido algo que admirar), otra era demasiado cariñosa, otra demasiado fría y a una, os lo prometo, la dejó porque no podía soportar la forma de sus cejas, después de tres meses saliendo juntos.  Pensaba que lo había superado con la última de ellas, quizá porque, aunque tenía alas, no era un ángel. Recuerdo cómo me hablaba con fascinación de aquella pelirroja menuda que había llegado a su vida para ponerla del revés. Creí de veras que iba a ser dif

Libro: Mort, de Terry Pratchett (Mundodisco #4)

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Una buena manera de empezar con buen pie con alguien es regalarle un libro. Si, además, es un libro que te gusta mucho y que crees que a esa persona le puede gustar, pues mejor que mejor. Este libro va a ser especial (ya lo es), porque es el primero que me ha regalado una persona maravillosa, porque es el primer libro en papel que ha entrado a mi casa de Córdoba y porque ha sido el libro con el que me estreno con Pratchett a solas :)  ¿De qué va el libro? Mortimer es un joven soñador y despistado a quien le toca en suerte una inesperada tarea: convertirse en aprendiz de la Muerte y aplicarse en liberar almas de su envoltura carnal. La verdad, Mort no está demasiado capacitado para ello, y en una de sus primeras visiones, liberar el alma de una atractiva princesa que está a punto de ser asesinada, decide en su lugar "liberar" el alma del asesino, interfiriendo así en los designios del Destino y provocando el consiguiente desaguisado. Por su parte, la Muerte, habien

Profesores brillantes. (#DíaMundialDelDocente)

Hoy es el Día Mundial del Docente. El año pasado también os escribí un post, sobre la primera vez que me emocioné en clase. Un año más tarde me temo que me va a quedar un post menos emocional. Supongo que es normal cuando una está enterrada en burocracia y pruebas iniciales hasta las cejas. Es más, este año me va a quedar un post algo pesimista, lo veo.  La cosa es que, en fechas como estas, todos recordamos a profesores brillantes, excelentes, maravillosos y estupendos. Se habla de esos profesores que han cambiado la vida a escritores, artistas, filósofos, políticos... Se habla de esos profesores que, finalmente, nos hicieron entender las matemáticas y, sin los cuales, ahora no seríamos físicos o ingenieros. O de la primera maestra que nos recomendó un libro que sí nos gustó leer, el que nos convirtió en letraheridos sin remedio. Se habla de esos profesores que marcan. Y se pide, directa o indirectamente, que los demás estemos a la altura.  Yo decidí ser profesora por amor a

Una sonrisa de esas...

Era peligrosa. Tenía una sonrisa de esas a las que es imposible decirles que no. Bueno, era imposible decir que no a cualquier cosa que tuviese que ver con sus labios. Cuando miraba, veía, y hacía sentir que solo se quedaba con lo bueno, como si lo malo no existiese. Era adictiva, su mirada. Y, para ser sinceros, ella también.  Tenía unas manos pequeñas y frágiles pero, cuando te agarraban, daba la sensación de que no ibas a perderte nunca. Pocos imaginaban que era ella la que temía caer. Porque sí, ella temblaba y temía, y se peleaba a cada instante con una voz mezquina que le susurraba cosas que no quería escuchar, selladas siempre con un: "Es por tu bien". Y al final cedía, y se marchaba, con el corazón roto, sin saber si la decisión era suya o la habían tomado por ella. Sí, al final se iba y se prometía no volver a intentarlo, convencida de que había nacido para estar sola. Pero siempre volvía a intentarlo.  Ah, es que eso no lo he dicho: lo que mejor se le d

El amor adolescente.

Hoy quería publicar. Le iba a escribir algo bonito a Aria Black, pero al final me quedé en blanco.  Así que tiré de borradores. Esto es del curso pasado, de mayo.  Ay.  Por si no estaba yo hoy bastante hormonal. Por si no estaba suspirando bastante. Lo que me faltaba era recordar cuanto extraño a mis chicos y chicas del curso pasasdo... Hay quien detesta a los adolescentes, pero no es mi caso. A mí me encantan. Tienen todavía esa inocencia de los niños, y esa curiosidad, y cierta irreverencia, pero al mismo tiempo empiezan a ser ellos mismos, a explorarse y a explorar el mundo con una honestidad casi brutal. Son, por lo general, así, tal cual, sin dobleces. Y eso me fascina.  Y cuando se enamoran, ¡ay, cuando se enamoran! Son geniales. Hace un par de semanas tuve que lidiar con el gigantesco drama de un alumno que se iba de puente, dejándose a su amiga especial, a es que ocupa sus sueños, en el pueblo. ¡Imaginad!  Me hablaba, mortalmente serio, de su problem

Buena no, pero...

Hoy toca una entrada exprés porque me siento responsable. Algunos de vosotros me habéis dicho que os encanta que sea tan abierta contando las cosas y que no ponga filtros. Y la sensación de hoy, a decir verdad, no hay filtro que la arregle. Así que voy a contarlo por si algún profesor novato (yo voy a ser novata toda la vida, creo) llega, frustrado, y se encuentra que aquí todo son alegría y colorines. Y no. El curso pasado tuve malos ratos, y dudas (por ejemplo, aquí ). Y este curso seguiré teniéndolos.  Hoy he tenido un día regular. Bueno, un día malo. Estaba siendo normalillo hasta última hora, momento en el que una clase se me ha subido a la chepa. Lo he llevado bien. Bueno, no. Lo he llevado mal, a ver si me entendéis, pero no he perdido los nervios, no me ha afectado demasiado, en principio. Eso sí, después de la siesta me he sentido tan mal, pero tan mal... Incapaz, incompetente, "esto no es lo mío", me repetía una y otra vez.  Sé que es mentira. Que si esto n

Apedrear tejados.

O de por qué dejé de fingir orgasmos.  Este no es el tipo de post que suelo escribir. En otros blogs he hablado mucho de sexo y, con frecuencia, no me ha traído nada bueno. Pero resulta que salió el tema en Twitter hace ya algunos días (es que no me da la vida para hacer las cosas con inmediatez, y no me voy a quejar, que ya me quejo bastante) y yo dije que escribiría al respecto. Una chica, con mucha educación, decía que entendía que las mujeres fingiesen (fingiésemos) orgasmos de tanto en tanto por diversas razones. Entonces yo contesté que podía entenderlo, pero que, en mi caso, dejar de hacerlo había cambiado mi vida sexual para mejor. Mucho. Entonces fue cuando dije que lo explicaría en una entrada en el blog. A lo mejor me precipité, pero vamos, dicho está. Además, ayer mismo me lo recordaron.  Yo he fingido orgasmos, sí. ¿Por qué? Pues principalmente por aburrimiento. Así de simple y así de crudo. En la mayor parte de los casos ni siquiera era por no hundir a mi parej

El olvido.

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-En Oblitus somos unos grandes defensores del derecho al olvido. Es inevitable dejar huellas a lo largo de la vida, pero no es obligatorio que esas huellas permanezcan. Nosotros nos encargamos de todas las gestiones y, en un periodo máximo de tres días, garantizado, conseguimos que todo rastro de los actos que ustedes decidan desaparezca, tanto de Internet como del mundo real.  -¿Y si queremos borrarlo todo? -preguntan los clientes, nerviosos, desde el otro lado de la mesa.  El comercial no se sorprende. No es la primera vez, ni de lejos, que le hacen aquella pregunta. -Desaparecería todo lo relativo a esa persona. Todo, sin excepción. Sería como si esa persona nunca hubiese existido. Es una decisión importante: recuerden que una vez ejecutado el procedimiento, es irreversible.  -Está bien. Y para esa opción, ¿qué hay que marcar? -¿Ven la tercera opción? "Quiero olvidar por completo a...". Pues bien, toquen el cuadradito que aparece a la izquierd

Voy a pasármelo bien.

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El viernes, cuando salí del trabajo, decidí no pensar en él hasta el lunes por la mañana. El fin de semana es para desconectar, al menos de momento. Ya habrá situaciones en las que, por la fuerza, tenga que dedicarme a trabajar muchas más horas de aquellas por las que me pagan. Pero de momento, no es el caso.  Si las cosas hubiesen sido de otra manera, si no hubiese tenido la suerte de conocer a alguien de Córdoba que me ha acogido como a una amiga más, probablemente habría pasado el fin de semana en casa, viendo series o pelis, mirando Internet y poco más. Pero he tenido suerte. Gracias a Twitter conocí a alguien que me ha ayudado muchísimo a irme asentando en la ciudad. Y, además de ser alguien simpático, agradable, acogedor... sabe cómo divertirse. Anoche, por ejemplo, me propuso un plan que coincide bastante con lo que yo considero una noche divertida: pasarla jugando a juegos de mesa como si no hubiese un mañana. Siempre me han gustado los juegos de mesa (los más clásicos

Vengo del futuro y no traigo lejía.

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Ayer vi este vídeo. Bueno, lo escuché. Es un texto de Mónica Gae recitado por ella misma y, de verdad, creo que merece la pena. A mí, al menos, me la mereció. Acabé llorando en el sofá como si no hubiese mañana. Y, después, mientras se lo enseñaba a alguien, lloré menos, pero volví a llorar. Es que soy muy llorona, ¿saben?  Me recordó, salvando mucho las distancias, a algo que escribí aquí hace unos cuantos días. Y me gustó. Me gustó porque pude reconocerme en muchas cosas de las que Mónica escribió. Y me gustan este tipo de formatos cuando son honestos, cuando hablan desde el corazón. Anda que no estaría bien que alguien viniese del futuro y, en lugar de traernos lejía, nos dijese que todo va a ir bien. Que vamos a vencer las dificultades, que el dolor de ese momento nos hará fuertes y que las lágrimas están ayudando a que germine una semilla. Aunque, bien pensado, hay quien nos dice esas cosas y no hacemos caso. "Todo irá bien", nos dicen, y pensamos: "¿Y