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Mostrando entradas de enero, 2016

Domingo de...

Normalmente los domingos son para mí un día de nostalgia. Lo son intencionadamente: dedico ese día a regodearme en ella sin ningún tipo de remordimiento. Tiene que haber tiempo para todo, ¿no? Pero hoy ha sido diferente. Hoy ha habido comida familiar en casa de mi hermano, así que he tenido que relacionarme. Con gente. Mucha gente. Pero no ha estado mal, porque había tarta. Dos tartas, para ser más exactos.  Bueno, lo cierto es que, sea por lo que sea, lo he pasado bien. Creo que tiene bastante que ver que mi cuñada es una gran anfitriona, hay que reconocérselo. En fin, que lo he pasado bien, que me he reído mucho y que no lamento no haber podido quedarme remoloneando en la cama o pasar la tarde envuelta en mi nostalgia.  Además, ha sobrado tarta y me he traído un bueeeen trozo. JoJoJoJo. Hoy, como estoy de buen humor, voy a torturaros con dos poemas que escribí hace algún tiempo en la Moleskine que me regaló Ro. Yo no sé qué me pasa, que cuanto más pasa el tiempo, pe

Serie: iZombie.

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No me gustan los zombis. Quiero decir, dentro del género de terror, monstruos y demás, no son mis favoritos. Ni mis segundos favoritos. Ni los terceros. Vamos, que creo que se entiende lo que quiero decir: puedo ver una peli de zombis, pero no me voy a lanzar a ella en primer lugar. Y lo mismo me pasa con los apocalipsis. De todos los apocalipsis posible, el zombi des de mis menos favoritos. Vamos, que no soy lo que se dice una fan de los zombis. Lo que pasa es que nos habíamos quedado sin series, y le tocaba a Jack elegir, y bueno, eligió esta y el planteamiento no me pareció demasiado trillado. "Parece algo nuevo", me dije. Y probamos a verla.  Veredicto: WOAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH  No, no es que me haya vuelto zombi, es que flipo mucho y muy fuerte con la serie. Estoy enganchadísima. Y, ¡cuidado!, que aún no he acabado de ver la primera temporada, me falta el último capítulo. Así que nada de spoilers, please . ¿De qué trata iZombie? Pues la serie empieza p

Ningún número te define.

Hace ya algún tiempo escribí que los currículos no me representan . Pero ni a mí, ni a nadie. No creo que haya ninguna persona que se agote con lo que puede escribirse en un curriculum vitae . Pero lo cierto es que damos mucha importancia a estas cosas. Ojalá fuésemos como los gatos, que, como saben quién son, no necesitan ni nombre. Pero las personas necesitamos datos, etiquetas, que nos definan. O eso parece. Y a veces, por colgarnos esas etiquetas damos demasiado. Sacrificamos demasiado. Hablo, por ejemplo, de los estudios. Durante mi vida he conocido mucha gente agobiada por los estudios. Y no hablo de agobio normal (como el mío) sino de agobio de dejar de comer, o de comer y no dejar de adelgazar, o de romperte psicológicamente por no poder soportar la tensión. Hablo de ese agobio que te quita la salud. Y queridos, queridas, la salud es lo primero. Es cierto que cuando empiezas a meterte en la vida académica, especialmente a partir de Bachillerato, las notas parecen algo

Autor y obra.

Como ya sabéis, participo en un club de lectura. Hoy, a raíz de alguna intervención, se me ha ocurrido preguntaros por la influencia que tiene vuestra opinión del autor en vuestra percepción de su obra.  Para mí son dos cosas que están claramente separadas. En parte porque no suelo saber casi nada de la vida personal de los autores, sus filias y fobias, sus vicios y virtudes. Pero incluso cuando no es así, cuando sé algo del autor, cuando tengo hacia el una opinión favorable o negativa, la lectura que hago de su obra suele ser bastante objetiva, o eso me parece.  Jack conoce un ejemplo de un libro que me resistía a leer porque el autor no es santo de mi devoción personalmente, pero que luego me encantó. Me resistiré a citarlo. Creo que es el único caso, porque no conozco tanto a ningún autor como para que me caiga mal xD También me ha pasado al contrario. Sabéis que soy muyyyy muyyy fan de Neil Gaiman, pero puedo decir sin pudor que American Gods, por ejemplo, no me acabó

Cosas de opositores.

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Hay cosas que estoy aprendiendo en el camino de enfrentarme a mi segunda oposición. Por ejemplo, que las dudas de opositora no se curan después del primer intento. De hecho, creo que en muchos sentidos me sentía más segura la primera vez que me presenté.  La semana pasada fue... regular. La vida se me puso en medio (talleres, gestiones, recados varios, trámites,....) y tuve muy poco tiempo para estudiar. El poco tiempo que tuve, además, me cundió muy poco, porque era incapaz de concentrarme y, para colmo de males, me entraron las neuras: que si tienes pocos puntos, que si tal, que si cual, que si Pascual. El año pasado, por ejemplo, no me preocupaba: me decía que si tenía que sacar la plaza la sacaría sin puntos de cursos, sin experiencia y sin nada. Así de flamenca iba yo. Este año estoy mejor que el año pasado: tendré algunos meses de experiencia -que no tenía el año pasado- y tengo algún curso hecho -que tampoco tenía el año pasado-, y, aún así, lo veo, a ratos, imposible. 

Mártires.

Hace poco acudí a un recital de poesía mística. O eso es lo que yo creía que iba a ver, aunque no fue del todo así. Me gusta mucho la poesía mística española y, de hecho, debería volver a releer a Santa Teresa de Jesús y a San Juan de la Cruz ahora, seguro que me encontraría con nuevos matices, significados y sentimientos.  La cuestión es que el acto, que fue un poco de catequesis (creo que la poesía mística no es patrimonio exclusivo de los católicos, pero a lo mejor es una idea muy tontaca que tengo yo), trató también parte de la biografía de estos dos místicos, especialmente de Santa Teresa. La ponente habló de la devoción que La Santa profesaba a los (y sobre todo a las) mártires y dijo que, desde niña, tuvo un intenso deseo de convertirse en mártir. Ahí, en ese mismo momento, me golpeó como un relámpago la idea de que he cambiado una brutalidad, de que mi yo de 8 años seguramente no se reconocería en mí, o lo haría con dudas en cualquier caso. Yo, que durante mucho tiempo

Libro: Génesis, de Bernard Beckett

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Este libro es una recomendación de Ro que me había pasado desapercibida. Menos mal que ella me la recordó... Me lo he DEVORADO, lo he terminado hace un par de horas. Y allá vamos con la reseña, porque necesito, NECESITO de verdad, hablar de este libro. Pero tendré que morderme la lengua con los spoilers porque, para que quede claro, TENÉIS QUE LEERLO.  ¿De qué va el libro? Anax (de Anaximandro) es una joven candidata a entrar a la Academia y está a punto de enfrentarse a un examen de cinco horas para probar su valía. De hecho, la novela es, básicamente, la transcripción del examen. Eso sí, que esto no os desanime, porque WOW.  Hablando del libro... El libro es una novelita (no sé si novela aplica aquí) muy breve. Como ya he avanzado, es prácticamente una transcripción del examen de Anaximandro (sí, como el filósofo monista de la escuela de Mileto, Elefante XD), e incluso está escrito como una obra de teatro, marcando quién interviene con el nombre del personaje en

Libro: Las puertas de Anubis, de Tim Powers.

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Ya os conté en el post sobre regalos de mi cumple que tenía ganas de leer este libro. Pues me ha costado, pero ya lo he acabado. Vamos allá con la reseña. ¿De qué va el libro? Año 1983. Brendan Doyle es un experto en Coleridge al que contratan para ilustrar a un grupo de turistas temporales sobre la figura del poeta. Sus tareas incluyen viajar al siglo XIX con los turistas, pero no quedarse atrapado allí. Doyle será capturado por un grupo de gitanos y, a partir de ese momento, perseguido por varias personas para interrogarlo (y no de buenos modos) o asesinarlo. No tiene ni idea de en medio de cuántos planes ha caído. Hablando del libro... Como ya os comenté, tenía ganas de leer este libro porque es parte de la inspiración de la serie de televisión El Ministerio del Tiempo, de la que soy fan. Pero fan, fan. Pues bien, aun a riesgo de que alguien me asesine, creo que los hermanos Olivares le sacan mucho más partido a la idea de que desde ciertos lugares físicos podamo

Al natural.

Nunca me ha gustado mi pelo. Es algo que, por mi experiencia, le pasa a bastante gente. De adolescente tenía una amiga con el pelo precioso: castaño oscuro, brillante, suavísimo y liso como una tabla. Solía decirle muchas veces la envidia que me daba su pelo y cuantísimo me habría gustado tenerlo como ella.  Curiosamente, ella me decía lo mismo. Yo tengo el pelo castaño claro (otrora fui rubia, en mis tiempos mozos :P), rizado y cabezón. Lo de cabezón va acorde con la dueña. ¿Qué quiero decir con que mi pelo es cabezón? Pues que es rizado y punto. Ya puedes utilizar secador, plancha, colgar ladrillos de las puntas o cualquier cosa que se te ocurra. Es rizado y no va a dejarse convencer para ser cualquier otra cosa. Ojo, es cabezón, que no rebelde: si me moldeo el pelo de cualquier manera para que se quede rizado (con tirabuzones o eso) sí coge la forma. Es con el liso con lo que tiene un problema. Serio.   Durante mucho tiempo llevé siempre el pelo recogido, porque no

Aventuras y desventuras de una profe afónica.

Estos últimos días he estado un poco tocada de la garganta. Bueno, el primer día de trabajo de la semana pasada estaba un poco tocada. El segundo día de trabajo... bastante más, así que cambié la manera de dar clase y no hablé prácticamente nada. Pero al tercer día no resucité, sino más bien lo contrario...¡estaba completamente afónica! He estado un poco constipada, con mocos en la garganta y eso, y bueno, cuando me pasa eso suele resentírseme siempre la voz. Lo malo es cuando trabajas con tu voz. Ahora me pongo a pensarlo y me doy cuenta de que no seré tan vaga. Pensé en quedarme en casa, pero bueno, para que estuviese un compañero de guardia, pues estaba yo, que no me pasaba nada a parte de la voz. Pero tampoco me conformé con eso. Me busqué la vida para dar las clases que tenía sin hablar. Menos mal que ese día no tengo muchas. Pero bueno, en realidad no he venido para hablar de mí. He venido para hablar de mis chicos y chicas que no dejan de sorprenderme. Una de las razone

Twitter y la publicidad.

Hace tiempo hice un curso que no viene mucho a cuento. Lo hice porque no tenía otra cosa mejor que hacer (total, nunca jamás iban a convocar oposiciones de lo mío) y porque invitaba la CEOE. No esperaba demasiado de él, pero lo cierto es que le saqué algún provecho a varios niveles. Así que bueno, al final de todo no estuvo mal.  Una de las cosas que aprendimos en ese mini-curso fue a promocionar nuestro negocio (¿qué negocio? XD) en redes sociales (Facebook y Twitter). Aquello fue gracioso. Para mí, claro. No tanto para el profesor del curso que tenía que enseñar a usar Twitter y Facebook más o menos bien a gente que, en el mejor de los casos sabía subir fotos a Facebook y de Twitter no había oído hablar en su vida y que, en el peor, no tenía ni puñetera idea del tema.  Saqué algunas cosas de provecho de ese curso, la verdad, como aprender el manejo de alguna aplicación para gestionar estadísticas o cuentas, pero en lo relacionado con estrategias de marketing... Meh. Me parec

Una encuestita...

La madre de la criatura.

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Carolina Bescansa se ha llevado a su hijo al trabajo y se ha liado parda. Podría entender los comentarios moderados sobre si es lo adecuado o no (al fin y al cabo somos muy de opinar de todo), pero he leído algunas cosas que me escandalizan, como que Fernández Díaz haya calificado el hecho de lamentable *. Pues anda que no hay cosas que lamentar en el mundo. Y en España. Y en el Congreso, ya puestos.  * Me escandalizaría si la afirmación viniese de otro lugar, a decir verdad. De un señor que tiene un ángel que le ayuda a aparcar y que pide trabajo a Santa Teresa de Ávila, ya menos.  Que a ver, nos puede parecer bien o mal, cada uno de nosotros podríamos hacerlo o no, pero creo que no hay tela para hacer tanto traje en esto. ¡Hasta las mujeres se le han echado encima! Que no nos beneficia, dicen. Que perpetúa la imagen de que es la madre la que cuida. Ya, bueno, las diputadas no van normalmente con sus hijos al Congreso y yo no veo que la realidad de que la mujer es la que

Regaladme algo, anda...

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Dicen que ante el vicio de pedir, la costumbre de no dar (algo así era, creo, no sé si era así exactamente), pero yo creo que no soy muy pedigüeña (¿o sí?), así que hoy, que es mi cuuuumple, me atrevo a haceros una petición. Como toda petición, no es obligatorio que me hagáis lo que os pido, claro... Pero es que, encima, estoy malita... cof, cof...  Supongo que sabéis que suelo poner citas célebres, o de canciones, o frases que me motivan en mis agendas. Soy una especie de obsesa de las frases bonitas. Lo malo de esto es que ya me da la sensación de que uso siempre las mismas o muy parecidas. He pasado unos días, desde que recibí mi agenda nueva, buscando frases en varias páginas de Internet y en Pinterest, y ya he escrito unas cuantas, es verdad. Pero me gustaría pedir vuestra colaboración ciudadana (juas!) y que compartieseis conmigo alguna cita que os guste especialmente. Puede ser un verso de un poema, o de una canción, o no sé... Cualquier cosa cortita que pueda pon

Recapitulando.

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Es una curiosa coincidencia que las vacaciones y los 27 se me acaben el mismo día y que uno de mis regalos de cumpleaños vaya a ser estar en mi aula, con mis chicos, hablando del sistema democrático (creo que Rajoy puso las elecciones el 20D para que todo el jolgorio de pactos y demás coincidiese con mis temas de ética).  Pues sí, el tiempo no para, y si estas vacaciones se me han hecho cortas (para mal, porque no he hecho todo lo que habría querido ni tampoco las he disfrutado tanto como me merecía, creo), también ha ocurrido lo mismo con mis 27 años.  He ido atrás en el archivo del blog y, por ejemplo, el año pasado no escribí nada sobre mi cumpleaños. Ese día reseñé La nieta del señor Linh . No me gusta cumplir años. Nunca me ha gustado, ni siquiera de niña. Entonces tenía mis razones y ahora supongo que lo que me queda es el hábito.  Este año aún me cuesta más cumplir porque no quiero despedirme de mis 27 años. Porque me gustan los años impares, y me gusta el núm

Libro: El caballero del jubón amarillo, de Arturo Pérez Reverte (Alatriste, 5)

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Quinta entrega de las aventuras del capitán Alatriste, al cual he tenido bastante abandonado. Pero bueno, los libros no se enfadan cuando vuelves a ellos después de mucho tiempo, así que, sin problema :P ¿De qué va el libro? En esta entrega, Alatriste e Íñigo se ven envueltos en varios lances, aunque la trama central gira alrededor de una mujer, María de Castro, la cual ha suscitado intereses de hombres de muy distinta alcurnia. Esos intereses serán utilizados por ciertas personas para tramar una conspiración en la que deshacerse de personajes incómodos, también de muy distinta alcurnia. Hablando del libro... Uno de mis libros favoritos de la saga, junto con la primera y la segunda entrega. Vuelven los enredos en la corte, los líos de faldas, las conspiraciones, los enemigos habituales (Bocanegra, Alquézar, Malatesta), los lances en callejones oscuros, y en habitaciones oscuras, y en caminos poco transitados,... Vamos, una novela que recupera el espíritu de la primera. 

¡Regalos, regalos!

En días como hoy una se permite ciertas incoherencias, como lo de ser republicana por convicción y esperar regalos de Reyes. Bueno, de Reyes no, de mi rey. Que no es mago, es majo, que mola más.  Este año he debido de ser buena, buenísima, vamos, la mejor del mundo, porque he recibido regalos por encima de mis posibilidades y de las del regalador xD En mi defensa he de decir que son regalos de NavidadesReyesCumple, que viene casi todo junto xDD  Ya os enseñé mi agenda de Mafalda , chula no, lo siguiente. Pues además de ella he recibido un paquete de bombones, una bolsita con carbón dulce (porque también soy un poco mala, las cosas como son), una colonia y... ¡¡¡¡LIBROS!!!! Porque sí, porque yo lo de #RegalaLibros me lo tomo muy en serio. El pobre Jack ahí, todo afectado: "Es que solo te regalo libros..."... ¿Solo? ¿CÓMO QUE SOLO? Echad un ojo a esto... Mis regalos de NavidadesReyesCumple: LIIIIIBROOOOOOSSSS!!!!! Además libros que tengo muchas ganas de

Educar para encontrar trabajo.

Hoy han venido los Reyes Magos cargados de regalos. Bueno, ha venido Jack cargado de regalos. Todos en una caja. En la misma caja. Envuelta. Con lo cual mis regalos de NavidadReyesCumpleaños estaban juntitos y revueltos y tendré que sacarlos todos al tiempo. Le he rogado, por favor, que me sacase la agenda (para que yo no viese el resto de regalos), porque siempre me regala una agenda por Navidad, que yo sin mi agenda no puedo vivir, y estamos a 3 de enero y es que no es que la tenga sin decorar (horror), ¡es que no la tengo! Un poco de por favor. Me ha hecho caso, más diligente él... Ya tengo agenda ❤ Y es de Mafalda ❤ Y tiene pegatinas ❤ Una foto publicada por bettie (@cuadernoderetales) el 3 de Ene de 2016 a la(s) 8:33 PST Todo esto era para enseñaros la agenda xDD. Ahora es cuando voy con el post de verdad . Y es que le he pedido, también, que me traiga de la city un ejemplar de La Marea del mes pasado  (por si alguien lee esto dentro de mucho tiempo y le intere

Libro: La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela.

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Otra propuesta del club de lectura. Otro clasicazo, otro must-read . Este no lo había leído. Formaba parte del plan de lectura de 1º de Bachillerato, y llegaron a encargárnoslo, pero finalmente lo cambiaron por otro, así que no llegué a leerlo y, probablemente, no lo habría leído de no ser por el club de lectura. Ya le daré las gracias a la responsable en la próxima reunión :) ¿De qué va el libro? Pascual Duarte está preso, a la espera de que lo ejecuten a garrote. Durante su encierro tiene tiempo de pensar en su vida y decide ponerla por escrito y enviarle esas memorias al único amigo de su última víctima del que recuerda la dirección. En definitiva: se trata de las memorias de Pascual Duarte y del relato de sus múltiples desventuras. Hablando del libro... Siempre me han gustado los libros que utilizan trampantojos para presentarse, como El Quijote, por ejemplo. En este caso se habla de unas cuartillas que Pascual Duarte escribió para calmar su conciencia y que env

Lo que hacemos por amor.

Estábamos haciendo cola para pagar el libro de Ismael Serrano el día de la presentación. Delante de nosotros, quizá Jack también se acuerde, había un hombre acompañado de su hijo, un niño de unos 9 años o así (soy muy mala para eso de adivinar las edades). El niño creo yo que no tenía muchas ganas de estar allí. A decir verdad, creo que no tenía muchas ganas de estar en ningún sitio fijo durante más de diez minutos. Le preguntaba a su padre cuánto iban a tardar. El padre, armado de paciencia y de cariño, le explicaba la situación: -No sé cuánto tardaremos, pero tenemos que aguantar. Hay que conseguir este libro firmado para tu madre... Aquel hombre tenía, creo, las mismas ganas que el niño de estar allí, haciendo cola, escuchando a un artista que, por lo que parecía, no le gustaba demasiado. Y sin embargo allí estaba. Pensando, supongo, en la sonrisa -incluso en las lágrimas de emoción- de su esposa cuando viese su regalo: un libro firmado por su cantautor favorito.  Lo qu