Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2016

Retratos a tiza (VI)

Tienen esa edad en la que el amor, todavía es puro e inocente, tierno. Son pequeños, y con pequeños quiero decir bajitos, los más bajitos de su clase.  Él tiene unos ojos enormes y una sonrisa de esas que se contagian (no puede una quedarse triste después de verlo sonreír). Además, es alegre hasta decir basta, como si no tuviese miedo de nada. Ojalá recordase yo lo que es sentirse así...  Ella tiene unos ojos enormes y despiertos. Habla a gritos y tiene bastante mal pronto. Quiere hacerse la dura, la mayor, la experimentada (¡Qué gracia, con 13 años!), pero en el fondo se ve que se derrite por que la traten con dulzura. Supongo que, por eso, se ha fijado en él, que se parece tan poco a ese Hache que a ella tanto le gusta: los "Haches" del instituto no van a tratarla así.  Hace un par de semanas los vi sentados juntos y, para qué mentir, me extrañó, y más me extrañó todavía ver como ella, en un descuido de la profesora (la que escribe, para más señas) le daba un b

Lo espectacular.

–"He renunciado a lo espectacular, ¿sabes? Una vez me prometieron que me bajarían la luna y me rompieron el corazón. Una vez alguien dijo que yo era su prioridad, que estaba delante de todo lo demás. Y bueno, a lo mejor es que yo no sé estar en ese puesto o a saber, pero la cosa no salió bien.  Quizá es porque tengo cierta debilidad por los poetas, pero a lo largo de mi vida me han prometido hacer realidad por mí toda clase de imposibles y nunca llegó a pasar. Nunca acabó bien. Nunca fue verdad. »Bueno, sí, una vez. Pero eso  tampoco fue suficiente. »Así que, ya te digo, he renunciado a lo espectacular: no tienes necesidad de mentirme. No me hables de eternidades, no me digas que no puedes vivir sin mí, no me prometas nada que no puedas cumplir. Ya estoy harta de poetas." –A ver, para ser algo que decir en tu boda, no es muy espectacular, que digamos... Con esto no va a emocionarse nadie... –Ni falta que hace. 

Retratos a tiza (V)

Rosa, te lo dedico. Ya era hora de que empezase a retratar a mis alumnos de este curso. Diversas circunstancias hacen que pase más tiempo trabajando y quejándome de la cantidad de trabajo que tengo que otra cosa. Y también es cierto que este año me está costando más conocer a muchos de mis alumnos, a los que veo de uvas a peras. Pero ya hay varios que destacan y que se merecen un rincón aquí. Él es genial. Peculiar, no diré que no, pero es parte de su encanto. No es normal que un chaval de su edad (17 años) pase tantísimo de lo que puedan pensar sus iguales. Por ejemplo, esta semana ha aparecido por clase con las uñas pintadas de verde y negro. Os diré que me ganó cuando se definió como "feminazi", aunque habían allanado el camino sus camisetas de superhéroes. Tiene un pensamiento rápido y profundo, una labia hechizante y una capacidad crítica enorme pero, por desgracia, su disciplina y capacidad de esfuerzo no están a la misma altura. Si os digo la verda

Acabo de quitarme el reloj.

Acabo de quitarme el reloj.  Por fin. No suelo llevar el reloj puesto si no tengo citas, si no tengo que controlar el tiempo. Lo llevo para trabajar. Lo llevo cuando tengo reuniones por la tarde. Pero en cuanto acaba mi jornada laboral fuera de casa (porque dentro de casa trabajo, y no poco), me lo quito.  Hoy acabo de quitármelo ahora, hace apenas unos minutos. Son las ocho de la noche. Salí de casa a las nueve de la mañana. Bueno, no voy a mentir: a las nueve y poco, mientras unos besos de buenos días se me enfriaban en la boca.  Acabo de quitarme el reloj y siento que se me escapa el tiempo y que no me queda nada para mí.  Acabo de quitarme el reloj y, al oír el "clonc" metálico al dejarlo sobre el mueble me he dicho: "Esta es tu vida ahora". Creo que algo en la parte más profunda de mi cerebro ha preguntado si estaba satisfecha, si era feliz.  Creo, no estoy segura. Prefiero no estarlo. Así no tendré que esforzarme en contestar. Hoy no podrí

Libro: Nadie se muere de esto, de Fátima Casaseca

Imagen
¿De qué va el libro? Mientras Elena prepara una fiesta sorpresa para su novio Alberto, descubre que este ha intercambiado unos mensajes bastante comprometedores con otra mujer que dejan poco lugar a a dudas: Alberto, el novio perfecto, le ha sido infiel. Desorientada por el shock, Elena no sabe qué hacer, y entre consejo y consejo va encontrándose a sí misma poco a poco, eso sí, no sin antes dar unos cuantos tumbos.  Hablando del libro...  Sigo sumida en un estado de apatía lectora bastante grande pero, por suerte, este libro ha conseguido atravesar un poco la coraza. Los primeros párrafos del libro me encantaron porque podría haberlos escrito yo. Desde luego, hay que salvar las distancias, son situaciones distintas, pero yo, como Elena, no hace mucho me enfrentaba a una situación límite en la que tuve que tomar una decisión drástica. A eso podemos unirle el hecho de que mi vida ha dado un giro bastante radical en los últimos meses: nueva perspectiva vital, nueva ciud

Y voló. (#NaNoWriMoEsp 2016)

Hoy he conseguido sacar 15 minutos para escribir un relatillo del #NaNoWriMo, aunque ya he renunciado a acabar el reto. Como Alberto me ha pedido en Twitter que os contase el cuento con mi voz, he sacado, además, 5 minutos para grabarlo y subirlo a iVoox.  Ahí va, un cuento de pajaretes. Espero que os guste. Se agradecen comentarios e interpretaciones.  ¡Hasta la próxima!